Fotos Scroll

martes, 21 de enero de 2014

ELS FESOLS DE SANTA PAU. DOMINGO 20 DE ENERO DEL 2014

Durante la noche entre sábado y domingo siguió chispeando. A Ally la había instalado en la ducha para poder dormir tranquilo yo, ya que ella estaba bastante mojada. Como dije antes, en cuanto me acosté me quedé frito.
Corrí un poco la cortina para ver que día hacía, pero al mirar a través del cristal, apareció un día bastante gris. Ally se puso en pie, y eso significa que quería salir a hacer sus cositas, ya que llevaba toda la noche sin salir de la furgo. Abrí la puerta y la dejé fuera por si quería mear. Aún seguía sin comer, la mal acostumbrada. Ella sabe que cuando salimos con amigos, alguna cosa cae, y me dice que el pienso me lo coma yo. Le he vuelto a poner agua, pero al salir de la furgo ha volcado el cacharro en medio de la furgo. Cuando volví a abrir la puerta para que entrara en la furgo, al otro lado de la calle me saludó, yo respondí, pero no sabía quien era, porque no llevaba las gafas puestas.
Me tumbé otra vez en la cama, porque creo que era aún muy temprano. Di alguna que otra cabezada y al cabo de un rato ya oí alguna que otra puerta de furgoneta se abría. Salí de la furgo y fui a dar los buenos días a los primeros que ya estaban preparándose para ir a desayunar, pues se ve que hoy nadie tenía ganas de preparar el desayuno en la furgo. Unos cuantos nos fuimos hacia el bar donde estuvimos el día anterior, y por el camino ya había algunos feriantes que estaban montando sus puestos. Puestos de todo tipo; que si miel, gorros, cestas, nabos negros, revistas y todo tipo de artículos inimaginables.
Llegamos al bar, y ya estaban allí Manel y otros ocupando una mesa y pidiendo bocadillos y algún porrón de vino. Como no cabiamos todos en la misma mesa, Ainoa, Georgina, Perico y yo nos sentamos en otra mesa. La camarera tardó bastante en servirnos, y auque yo desayuno solo un café, pedí un bocata de tortilla a la francesa y un café con leche. Georgina y Perico no sabían que pedir, pues Ainoa como muy poco, y no tenía claro si pedir los bocadillos para cada uno o compartilos. Como la camarera no acababa de llegar, estuvimos hablando entre si pedir también un carajillo, o si era mejor cuidarse un poco y reservarse para la comida del mediodía, donde el vino era gratis y podías tomar tanto como quisieras o aguantaras. Tras esperar un rato llegaron los bocadillos, y enseguida fueron engullidos por unos furgoneteros hambrientos, que parecía que no habían comido nunca. Una cosa está clara, los camper comemos y comemos sin parar.
Tras desayunar salimos a la calle donde todos los puestos ya estaban colocados. Yo quería comprar algo de recuerdo, pero no sé porque, los precios en este tipo de ferias, casi siempre son mas caros que en las tiendas de venta diaria. A pesar de todo, pronto nos metimos en una tienda, y algunos compraron pegatinas, pulseras y no sé que mas, pues yo no me di mucha cuenta, ya que vi una silla en el local, y allí que planté mis reales posaderas. Ellos compraban y yo descansaba.
Seguimos por la calle hacia la plaza mayor, donde tenía lugar el acontecimiento principal de la feria. Aparte de gigantes y cabezudos, las mesas ya estaban listas y la plaza llena de gente. Por si alguien no lo sabe, el principal atractivo de la feria, es que todos los restaurantes del pueblo, servían un platito de Falsots preparados a gusto de cada restaurante. Había fasolts con morcilla, Falsolts con calamares, ensalada de Falsots, y Falsots preparados de todos los modos imaginables. Para comer tenías que comprar un ticket por cinco Euros que te daban derecho a probar cuatro platos de la multitud de restaurantes que tienes para elegir.
Había que hacer un poco de cola, para poder elegir tú plato, que es del tamaño de un plato de postre. Y una vez te lo sirven, tienes que ir al centro de la plaza, donde puedes pedir pan y vino para acompañar el plato. Yo probé un plato del Restaurante Els Ossos, que era de Falsets con morcilla y algo mas. Despues elegí uno de Falsets con calamares, y mientras estaba en la cola, el olor que desprendía la olla, alimentaba por si solo. Luego, cuando lo probé, me pareció un plato normal.
Cada uno iba a su rollo. Como todos teniamos nuestros tickets, pues ibamos de un lado para otro mirando que plato elegir. En eso que vi un plato SIN FALSETS y pregunté a quien lo llevaba donde lo podía conseguir. Una vez me explicaron que era el último rincón de la plaza y de que además era gratis, para allá que fui. Hice un poco de cola, y cuando llegó mi turno, me alargaron un plato de embutido, una lancha de varias clases diferentes, y también una coca con almendras que estaba buenísima. Pasado un rato y tras haberme zampado dos platos de falsets, ya estaba harto, no me apetecía comer nada mas y además la rodilla me estaba matando. Era el momento de decidir que hacer. Al final le di los tickets que me quedaban a uno de mis amigos y les dije que me iba a la furgo a descansar. Que acierto fue volver a la furgo. En cuanto me tumbé, el dolor de la rodilla casi desapareció. Ally se metió en la cama conmigo, a pesar de estar algo mojado y en momento me quedé frito. Serían las dos cuando empezó a llover bastante fuerte, tanto que me despertó. Corrí un poco la cortina por si había alguno que hubiera vuelto, pero se ve que todos seguian comiendo falsets y bebiendo vino. Estaba cansado y cogí y les envié un mensaje diciendoles que me iba y deseandoles que lo pasaran bien. Así que arranqué la furgo y puse camino a casa. Estuvo lloviendo todo el camino de vuelta hasta Gerona, pero una vez cogí la autopista paró de llover.
Conclusión, un fin de semana estupendo con unos antiguos y nuevos caminos. Los únicos que faltaron fueron Ivana e Iván. Una pena que no pudieran venir.
Un abrazo a todos y hasta la próxima.

ELS FESOLS DE SANTA PAU - RUTA

lunes, 20 de enero de 2014

ELS FESOLS DE SANTA PAU

IMG_1635IMG_1635IMG_1636IMG_1637IMG_1638IMG_1639
IMG_1640IMG_1641IMG_1642IMG_1643IMG_1644IMG_1645
IMG_1646IMG_1647IMG_1648IMG_1649IMG_1650IMG_1651
IMG_1652IMG_1653IMG_1654IMG_1655IMG_1656IMG_1657
Els Fesols de Santa Pau, un álbum en Flickr.

Els Falsots de Santa Pau
19 y 20 de Enero del 2014

Buenos días camperos, desde Radio Ex Van Sin Club.
La semana pasada se estuvo preparando una salida en grupo hacia Santa Pau, a la Feria dels Fesols. Había toda una discusión a través de guasap, pero a pesar de las varias sugerencias, no había cuoron. Yo no pertenezco al grupo, pero fuentes extraoficiales me iban informando de las diferentes opciones; de quien quería ir y quien no.
Después de descartar ir hacia Tarragona, Perico me informó de que al final un pequeño grupo había decidido ir a la Feria dels Falsots de Santa Pau. Pues algunos ya habían asistido años anteriores y les parecía bien la idea.
Llamé a Perico, para ver quienes íbamos y como quedábamos, y creí entender que él solo iría el domingo, y que el sábado por la mañana saldrían Juani y Manel, Carmen y Jordi, Paco y ana, y Marga y Pipa, y yo, naturalmente. Al final Ivana no vendría, por miedo a las posibles inundaciones. También creo que se apuntaron Diver y Javimoto, aunque a estos no les vi hasta la famosa comilona del domingo.
Mas o menos el destino y el grupo estaba decidido, pero no había forma de quedar con alguien para ir juntos. Manel me dijo que ellos saldrían después de tomar unas cervezas en no sé donde de Barcelona, aunque no sabía la hora en que saldría ni a donde iba a ir en primer lugar. Le sugerí que como tenía que pasar por delante de casa podíamos quedar, pero no obtuve respuesta. De Pipa y el resto tampoco obtuve respuesta alguna, se supone que ya nos veríamos cuando llegáramos, supongo que en Santa Pau.
El sábado me desperté un poco tarde, y tras recoger unos cuantos trastos y abandonar y olvidar alguna que otra cosa, saqué la furgoneta de la rampa de mi garaje. Ally ya estaba medio loca por salir. Daba vueltas a mi alrededor y me decía:
-        Venga, aligera, que hace días que no salimos.
Justo cuando puse la furgo en marcha empezó a chispear. Estaba enchufando el móvil  y el gps, cuando miré por última vez el móvil, vi que Perico había escrito otro mensaje en el guasap. Decía que se iba al Bosque de las Hadas. Estuve buscando el bosque en Google, pero no había modo de encontrar nada, aparte del bar que hay en Barcelona.
-        Marchoso: no encuentro nada con ese nombre. Dame mas indicaciones.
-        Perico: mira entre Banyolas y Santa Ana.
-        Marchoso: que no, que no encuentro nada parecido.
-        Perico: busca por paraje de las astunas.
-        Marchoso: no me sale nada en google.
-        Perico: Ay Señor, ya te mandaré la ubicación. Me manda varias imágenes y un par de ubicaciones, y me dice que las ubicaciones están a unos mil quinientos metros de dondes están aparcados.
Ya era hora, al final me dice que ya ha llegado y me manda una ubicación aproximada, pero pienso: Perico no me había dicho que no saldría hasta el domingo. No entiendo nada, así que pongo las últimas coordenadas recibidas y hacia allá que nos vamos Ally y yo. Del resto del personal sigo sin noticias.
En principio y como no había quedado con nadie, había decidido irme a Castellfollit de la Roca, pero ahora que tengo unas coordenadas, ya tengo al menos un posible destino a 70 kilómetros de casa.
Nos ponemos en marcha, primero tengo que ir a buscar dinero y a la farmacia, ya que no tengo insulina ni pastillas para la diabetes.
A 5 kilómetros de casa llego al cajero y saco algo de dinero. Luego me acerqué a la farmacia que estaba a unos ciento cincuenta metros. Espero mi turno y cuando le enseño a la farmacéutica mi listado de medicinas, le digo que solo quiero las que tengan que ver con la insulina. Ella recoge mi historial y me dice que no sirve. ¿Cómo que no sirve, la digo? Pues no sirve porque alguien ha actualizado mi medicación. Que no, la digo. Pero como van a cambiar mis medicinas si esta semana he estado en el médico y no me ha dicho nada. Pues alguien lo ha cambiado y deberían haberte dado un historial nuevo. Yo ya empiezo a ponerme a rayas, insistiendo en que es imposible, pero nada, no la convenzo. Al final la digo que me de las medicinas y que el martes ya le traeré las recetas. Me mira un poco raro, pero como voy todos los meses a comprar cantidad de pastillas de todas clases y me reconoce, dice que de acuerdo, que va a mirar al almacén y que me dará las dos que mas falta me hacen. Estaba ya un poco mas tranquilo esperando que me sirviera las medicinas, cuando vuelve la farmacéutica y me dice que no tiene ninguna. Me enfado y grito, diciéndola que es imposible, pero ella también enfadada me dice que la culpa no es suya. Camino unos pasos y me vuelvo para decirla que tiene razón, que la culpa no es suya. Pero me voy con la convicción de que no ha querido darme las medicinas.
Como necesito la insulina, no hay mas remedio que ir hasta el ambulatorio y que me hagan un historial nuevo. Me lo hacen en un momento, y harto un poco de la hora que he perdido, cojo la furgo y me voy a coger la autopista, a la dirección que me indicaba Perico.
En vez de las astunas, como me indicaba antes, resulta que el lugar donde hemos quedado se llama Les Estunes. Claro, como iba a encontrarlo con ese nombre que me había mandado. Este tiene de catalán lo mismo que yo. Aunque el baile de palabras ya está resuelto, las coordenadas en su sitio, y la furgo en ruta.
Sigue chispeando todo el rato, pero menos mal que no llueve fuertemente. Llamo a Perico y le digo que llegaré un poco mas tarde, por el problema de la insulina, y me dice que allí me esperan.
Cerca de Banyoles dejamos la autopista y seguimos unos 20 kilómetros de curvas por una emboscada tal vez por las hadas. Tras seguir las instrucciones del gps, aparcamos delante del Restaurante Les Espunes, pero allí no haber nada que indique donde está el Bosque de las Hades. Así que nos bajamos de la furgo y nos vamos al restaurante a preguntar. Delante del restaurante hay un gran parking, con una pequeña arboleda alrededor, y justo enfrente de donde hemos parado, el restaurante. Andamos los quince metros que nos separaba del mismo y le dije a Ally que me esperara en la puerta mientras yo preguntaba. Una señora muy amable salío hasta la puerta, para indicarme con toda clase de señales, cual era el camino hasta llegar a Les Espunes. Cogemos otra vez la furgo y eso que suena el móvil. Es Perico, que me dice que ve mi furgo desde el parking, que salga de donde estoy y coja el camino hacia la izquierda. Eso hacemos, y en un par de minutos le veo que está en la carretera haciéndome señales. Raudo llego hasta el parking. Un lugar no muy grande, pero que está recogido y desprende una gran tranquilidad. Al fondo del parking hay un par de mesas con bancos, y justo detrás lo que supone que es Les Espunes o el Bosque de las hadas. De por qué le llaman lo tengo que investigar, pues ninguno de los que estamos allí tenemos ni idea. Saludo a Ainoa y a Georgina, y comenzamos a hablar un rato. Sigue chispeando y de vez en cuando me tengo que subir a su furgoneta, mientras Ally deambula alrededor, pero sin alejarse nunca. Al cabo de un rato llegaron un par de camiones franceses, con varios rastas y perros al volante. Yo sé que vi a unas cuantas personas bajar de los camiones, y a cinco perros que pronto nos rodearon, pero a los perro flautas ya no los volvimos a ver mas. De vez en cuando aparcaba algún coche y todos iban a visitar Les Espunes, que es una zona llena de cavidades o túneles formados vete a saber qué. No os puedo mas, puesto que he llegado aquí de puta casualidad.
Seguimos charlando dentro de la furgo, mientras Georgina y Perico iban sacando el vermouth. Ganchitos, cervezas, anchoas, fuet y yo no sé cuantas cosas mas. Picamos un rato y entonces me preguntaron que si quería comer con ellos, que solo tenían unas habas catalanas que habían comprado preparadas en Barcelona y que había para los tres mayores, la niña ya comería unos espaguetis. Naturalmente les dije que si, y entonces fui a buscar una cerveza quinto a mi furgo, ya que las latas no me hacen mucha gracia. Comimos, y las habas estaban buenísimas. Luego comimos algunas pastas y Perico preparó café para todos.
Después de comer me sugirieron visitar el famoso Bosque de las Hades, y para que yo nos fuimos. Total, lo teníamos a 10 metros. Yo iba haciendo fotos, pero pensaba que caminar por allí de noche y pisar unos de aquellos túneles que se hundían varios metros en el suelo podía ser mortal. Mejor no pensarlo. Yo ya estaba hecho polvo físicamente, pues a parte de ser mi estado natural, dos días antes me pegué un ostión en la piscina de casa, que casi no lo cuento. Me dolía todo el lado izquierdo del cuerpo, la muñeca y el codo. Yo caminaba con cuidado para no resbalar y les seguía por donde ellos me indicaban , ya que conocían el lugar por haber estado por la mañana, antes de que yo llegara. Estuvimos un rato deambulando por allí y decidimos irnos hacia Santa Pau, para buscar un buen sitio donde aparcar y mientras había luz del día.
Durante el camino hacia Santa Pau, casi que no paró de llover. Pronto llegamos a la pequeña villa Medieval, y en eso que Perico se mete por la calle donde va a instalarse la feria para ir a un aparcamiento que está en el centro del pueblo. Aparcamos las furgos y nos fuimos a ver la histórica villa. El pueblo tiene un bonito centro medieval que vale la pena recorrer tranquilamente, pero está rodeado de casas mas o menos modernas que lo desmerecen. Una pena. Estuvimos un rato andado por el centro medieval, que está bastante bien conservando, a pesar de haber muchas casas medio abandonadas. Yo hacía fotos a todo lo que veía. Chispeaba y seguíamos andando y charlando. Georgina y Perico no son muy habladores pero te lo pasas muy bien con ellos, además, está Ainoa que no para ni un momento. Ibamos andando cuando alguien dijo, mirad, no son aquellos Juani y Manel. Tras una pequeña duda Ainoa salió corriendo hacia ellos, y efectivamente, eran la pareja aparición. No hace ni tres meses que me los encontré en Deza, Soria. Venían que unos amigos que nos presentaron y todos emprendimos otra vez la vuelta al centro del pueblo. Tras una visita mas breve que la anterior, nos fuimos todos a un bar a tomar algo, todos menos Ally, pues no la dejaron entrar, así que esta vez no tuve mas remedio y la amarré en una puerta cercana donde no caía la lluvia. Cada uno pidió lo que quiso, y a mi se me ocurrió pedir un café con leche, cosa que no suelo hacer a esas horas, y eran cerca de las ocho de la tarde. El caso es que entre el rato que estuve sentado, acto que no puedo hacer durante mucho tiempo, los golpes de la piscina y el café con leche, decidí llevar a Ally a la furgo y así paseaba un poco. Allá que la dejé y volví al bar. Charlamos un poco mas y en breve nos fuimos todos a las furgos para cenar. Cada uno se metió en su furgo, y yo, en cuanto me metí en la mía, saqué los trastos que tenía por medio y molestaban, le puse de comer a Ally y le preparé el lecho en la ducha, y después me inyecté una dosis de insulina que había encontrado por casualidad en la nevera. Ya antes, mientras paseaba por el pueblo, pregunté donde estaba la farmacia, pero me contestaron que los sábados por la tarde la farmacia no habría, y que si necesitaba algo urgente, tendría que ir hasta Olot, lo cual desde luego no pensaba hacer. Aún me quedaba cenar el bocadillo de carne empanada que me había preparado mi madre, pero me metí en la cama directamente y me quedé frito. Eran las nueve de la noche.

NOTA: Subscribiros por email en el blog, y recibiréis un aviso cada vez que cree un nuevo tema.

Domingo 19… Continuaré lo antes que pueda.



 ______________________________________________________________________________
SANTA PAU – LA FIRA DEL FALSOTS – DATOS VARIOS

PARKING
  • 42.148272,2.530994  Parking enfrente del Restaurante Can Xel, en la carretera entre el volcán de la Fageda y el de Santa Margarida. Parking tranquilo.
  • 42.147886,2.543791  Parking Volcán de Santa Margarida en cuyo interior hay una ermita. Situado en la carretera GI-524, entre las poblaciones de Olot y Santa Pau.
  • Bosque de las hadas. ¿???
·        Les Estunes: 42.117131,2.7609125
·        Restaurante Les Estunes: 42.106883,2.75061
  •  

Qué visitar:
    • Volcanes en la Garrotxa: El de Santa Margarida, La Fageda d’en Jordà 42.14826,2.516059
    • Volcanes en Olot: Montsacopa, Montolivet, Garrinada.
    • Centro medieval de Santa Pau. Fira de Sant Antoni – La fira del Fesol 18/19/2014
    • Salt d’aigua de Can Batlle, cerca a la Fageda
    • Casstellfollit de la Roca 42.220128,2.548803

Enlaces:
·         
Donde comer:
Plato recomendado: Patatas de la Deu.


Varios:
               En la zona hay 2 campings

lunes, 13 de enero de 2014

Carenas: ¿Donde dormir?


Ver mapa más grande

A la entrada de Carenas y a mano izquierda, hay un pequeño parking con mesas para comer, donde se puede dormir tranquilamente.
A 5 km y subiendo la carretera, justo delante del embalse, hay dos sitios para dormir. El primero está en el mismo cruce, y el segundo a unos 100 mt en la bajada hacia Carenas, en la izquierda. Dos explanadas amplias, aunque esta última es mas privada, ya que por la otra y al dar a la carretera, se ve y oye mucho mas tráfico.



Plaza del pueblo, donde hay un bar, y me dijeron que intentara aparcar; pero preferí el pequeño parking.

viernes, 10 de enero de 2014

Gualdamix de la Sierra


El Guerrero Eléctrico, anda tramando trampas, entre la AP7, AP2, A2, E390, NII.Desde algún lugar de la Peni.

Ha sido un día muy largo. Había preparado la furgo para ir a recoger mis reyes al extranjero, pero como siempre, aún quedaban muchas cosas por preparar. Que si las medicinas, que si la mantas para envolver los regalos, la comida de Aly, la ropa. Cuando creía que ya estaba listo, lo que me hacía falta era darme una ducha porque estaba empapado en sudor, agotado y medio muerto, tirado en el sofá. Aunque había preparado el reloj para que sonara temprano, me levanté mucho antes, pero ni con esas. Quedaban cosas por hacer y las tenía que hacer si quería partir.
Al final he decidido no llevarme a Aly de viaje, pues tenía que dejarla todo el día sola, ya que quería visitar varios lugares, donde no la dejaban entrar. Hoy me he acordado mucho de ella. Seguro que ahora estaría a mi lado mientras escribo, preguntándose, pero que hace el tipejo este escribiendo a estas horas, cuando podríamos estar durmiendo tranquilamente.
Después de preparar lo que creía que me haría falta, llegó el momento de partir. Un abrazo a la familia, y otra vez en ruta. Pero no todo empezó bien. Fui al banco a sacar algo de dinero en efectivo y me di cuenta en ese momento que me faltaba la chaqueta de invierno. Cualquiera se va por ahí, sin llevar prenda de abrigo. Y menos yo, que no sé si tengo calor o tengo frio. Hubo que llenar el depósito de gasolina, pues más vale prevenir, y una vez hecho, ya estaba de camino. Enfilé la AP7 con oscuros pensamientos en mi mente, pensamientos que no os puedo explicar, pues forman parte de mis más íntimos deseos. Pensamientos que me llevaron a allá donde los hombres se esconden en los árboles. Desdibujado ya los primeros km del camino, el día se presentaba caluroso y solaz. Iba de camino, pero los km no pasaban, el GPS parecía que había perdido la pantalla, y aún no tenía claro hacia donde me dirigía. Pasaron las horas y 400 km, cuando empecé a encontrarme mal. ¿Sería el azúcar quien me estaba jugando una mala pasada? No lo sé, así que decidí parar en un área de servicio y pedí unos canelones de espinacas y una pata de cordero. Los canelones estaban buenísimos, pero a la pata le faltaba ese sabor a campo que tiene el cordero marroquí. Mientras comía unos pajarillos jugaban alrededor de las mesas, y en el momento en que iba a sacar la cámara, ZAS, le di un golpe a la Coca-Cola con la mochila, y toda, todita, toda, se derramó sobre la mesa. Qué hago, pido otra. Me parece que no, demasiado palo ya me han dado con el ticket a la hora de pagar. Sigo comiendo tranquilamente, y parece que me voy relajando, pero no es verdad; cada vez que salgo de viaje, un brotes de Herpes viene a instalarse en mi nalga izquierda. Es matemático, anoche ya noté el pruritos escozor atacándome el culo. Ya sé lo que tengo que hacer para deshacerme de sus punzantes picaduras, pues son muchos los viajes que he hecho, y las veces que se han instalado los herpes en mi culo; pero de momento no voy a hacer. Ya veremos como siguen mañana.
Cuando viajas solos te vienen a la mente muchas dudas. Qué a donde vas primero, qué si es mejor comer en un restaurante o hacerte la comida. Dudas que poco a poco se desvanecen, pues dejándote llevar, el camino te indica la ruta. Y ahí estaba yo, en un área de servicio, con dolor de cabeza, cansado y bostezando, mientras me zampaba los canelones y el cordero. Menos mal que paré, pues un poco antes de llegar al restaurante, sentía que los ojos se cerraban solos, y no eran plan tener un accidente. Ya tenía suficiente con controlar todos los aparatejos que llevo. Que si el móvil, el GPS; bueno, en realidad llevo dos GPS. El ordenador hoy no lo llevo conectad, pues era lo único que me faltaba, pero estoy seguro que cuando sepa usarlo bien, seguro que lo enchufo a mi salpicadero. La cámara tampoco estaba montada, y el pendrive no paraba de repetir todos los discos de Bunbury. No había modo de librarse de él. Pero como es posible que me grabe 8 gb de Enrique, todo un pendrive. Total, que cuando salí del restaurante, cambié de pendrive, y esta vez tampoco tuve mucha suerte. La primera canción que sonó era de Sonny King Adde, vamos, que el pendrive era todo música africana. Ya no busqué más, me conformé con Sonny y que fuera lo que fuera.
Era tarde ya, cuando había que decidir donde parar a dormir. Todo dependía de a donde quisiera ir al día siguiente. Como no lo tenía claro, saqué esta vez si, el ordenador, y busqué mi ficheros de coordenadas que había preparado para el viaje. Exactamente no sabía a donde ir, así que fui leyendo coordenadas y destinos, cuando me encontré con unas coordenadas que no indicaban nada. Una serie de números que vete a saber a donde me llevarían, y esa fue mi elección. Las introduje en el GPS, y me trajo hasta aquí. Un embalse que seguro que tiene nombre, pero que yo no recuerdo en este momento. En eso que aparqué en una explanada al lado de la carretera, en lo alto del embalse, y que me hizo pensar que había valido la pena. Al bajar de la furgo, mis pies se hundieron en el barro. Un barro rojo y resbaladizo, que pronto hizo que mis zapatos pesaran el doble de lo normal. Que mas da, estoy de viaje y las vistas son estupendas. Estuve haciendo fotos mientras el sol se ocultaba. Intenté llamar a casa, pero no había cobertura. Era un lugar tranquilo, pero justo al lado de la carretera, lo que no me hacía nada de gracia. Así que anduve un rato por allí, limpiándome los zapatos y decidí ir a un pueblecito cercano, que asomaba en la lejanía. Creí que había llegado, pero no, era la presa del embalse que se cruzó en mi camino. Como ya era de noche, no pude hacer fotos, por lo que seguí adelante. Un par de coches se cruzaron en la carretera, y eso que me dí cuenta de que las luces no alumbraban bien. Llegué al pueblo, donde sus casitas escalaban la montaña. No había nadie en las calles, y en eso que ví a un señor que se acercaba por el camino. Le pregunté si había un parking o algo parecido para aparcar la furgo, y me dijo que no. Que el pueblo era muy pequeño y que de parking na de na. Me recomendó que me acercara al bar y preguntara allí. Nos depedimos y yo seguí con la furgo hacia el interior del pueblo. Pero antes de llegar al bar, y entre tanta cuesta por delante, decidí darme la vuelta. Iba de camino de vuelta cuando a la salida del pueblo vi un jardín con mesas para comer y no lo dudé un momento. Allá que aparqué. Al cabo de un roto, volvió a aparecer el mismo señor de antes, y me comentó que a veces había visto alguna furgo aparcada allí, que él suponía que no me dirían nada. Entonces me comentó que una de las luces de atrás no iba. Vaya, parece ser que se ha averiado todo el lado izquierdo de las luces de la furgo. Hablamos de un taller donde pudiera llevarlo al día siguiente, pero me dijo que por aquí era difícil, si que encontraría algún que otro mecánico, pero no estaba seguro si entendían de electricidad. Hablamos un poco mas y se despidió. Yo cogí una coca-cola de la nevera, y salí al banco a tomarla tranquilamente. La noche era estupenda. Aunque me abrigué, no hacía nada de frio. Pronto di cuenta de la bebida y como me encontraba cansado, me fui a acostar.
Mañana será otro día.
Al final he decidido no llevarme a Aly de viaje, pues tenía que dejarla todo el día sola, ya que quería visitar varios lugares, donde no la dejaban entrar. Hoy me he acordado mucho de ella. Seguro que ahora estaría a mi lado mientras escribo, preguntándose, pero que hace el tipejo este escribiendo a estas horas, cuando podríamos estar durmiendo tranquilamente.Después de preparar lo que creía que me haría falta, llegó el momento de partir. Un abrazo a la familia, y otra vez en ruta. Pero no todo empezó bien. Fui al banco a sacar algo de dinero en efectivo y me di cuenta en ese momento que me faltaba la chaqueta de invierno. Cualquiera se va por ahí, sin llevar prenda de abrigo. Y menos yo, que no sé si tengo calor o tengo frio. Hubo que llenar el depósito de gasolina, pues más vale prevenir, y una vez hecho, ya estaba de camino. Enfilé la AP7 con oscuros pensamientos en mi mente, pensamientos que no os puedo explicar, pues forman parte de mis más íntimos deseos. Pensamientos que me llevaron a allá donde los hombres se esconden en los árboles. Desdibujado ya los primeros km del camino, el día se presentaba caluroso y solaz. Iba de camino, pero los km no pasaban, el GPS parecía que había perdido la pantalla, y aún no tenía claro hacia donde me dirigía. Pasaron las horas y 400 km, cuando empecé a encontrarme mal. ¿Sería el azúcar quien me estaba jugando una mala pasada? No lo sé, así que decidí parar en un área de servicio y pedí unos canelones de espinacas y una pata de cordero. Los canelones estaban buenísimos, pero a la pata le faltaba ese sabor a campo que tiene el cordero marroquí. Mientras comía unos pajarillos jugaban alrededor de las mesas, y en el momento en que iba a sacar la cámara, ZAS, le di un golpe a la Coca-Cola con la mochila, y toda, todita, toda, se derramó sobre la mesa. Qué hago, pido otra. Me parece que no, demasiado palo ya me han dado con el ticket a la hora de pagar. Sigo comiendo tranquilamente, y parece que me voy relajando, pero no es verdad; cada vez que salgo de viaje, un brotes de Herpes viene a instalarse en mi nalga izquierda. Es matemático, anoche ya noté el pruritos escozor atacándome el culo. Ya sé lo que tengo que hacer para deshacerme de sus punzantes picaduras, pues son muchos los viajes que he hecho, y las veces que se han instalado los herpes en mi culo; pero de momento no voy a hacer. Ya veremos como siguen mañana.Cuando viajas solos te vienen a la mente muchas dudas. Qué a donde vas primero, qué si es mejor comer en un restaurante o hacerte la comida. Dudas que poco a poco se desvanecen, pues dejándote llevar, el camino te indica la ruta. Y ahí estaba yo, en un área de servicio, con dolor de cabeza, cansado y bostezando, mientras me zampaba los canelones y el cordero. Menos mal que paré, pues un poco antes de llegar al restaurante, sentía que los ojos se cerraban solos, y no eran plan tener un accidente. Ya tenía suficiente con controlar todos los aparatejos que llevo. Que si el móvil, el GPS; bueno, en realidad llevo dos GPS. El ordenador hoy no lo llevo conectad, pues era lo único que me faltaba, pero estoy seguro que cuando sepa usarlo bien, seguro que lo enchufo a mi salpicadero. La cámara tampoco estaba montada, y el pendrive no paraba de repetir todos los discos de Bunbury. No había modo de librarse de él. Pero como es posible que me grabe 8 gb de Enrique, todo un pendrive. Total, que cuando salí del restaurante, cambié de pendrive, y esta vez tampoco tuve mucha suerte. La primera canción que sonó era de Sonny King Adde, vamos, que el pendrive era todo música africana. Ya no busqué más, me conformé con Sonny y que fuera lo que fuera.Era tarde ya, cuando había que decidir donde parar a dormir. Todo dependía de a donde quisiera ir al día siguiente. Como no lo tenía claro, saqué esta vez si, el ordenador, y busqué mi ficheros de coordenadas que había preparado para el viaje. Exactamente no sabía a donde ir, así que fui leyendo coordenadas y destinos, cuando me encontré con unas coordenadas que no indicaban nada. Una serie de números que vete a saber a donde me llevarían, y esa fue mi elección. Las introduje en el GPS, y me trajo hasta aquí. Un embalse que seguro que tiene nombre, pero que yo no recuerdo en este momento. En eso que aparqué en una explanada al lado de la carretera, en lo alto del embalse, y que me hizo pensar que había valido la pena. Al bajar de la furgo, mis pies se hundieron en el barro. Un barro rojo y resbaladizo, que pronto hizo que mis zapatos pesaran el doble de lo normal. Que mas da, estoy de viaje y las vistas son estupendas. Estuve haciendo fotos mientras el sol se ocultaba. Intenté llamar a casa, pero no había cobertura. Era un lugar tranquilo, pero justo al lado de la carretera, lo que no me hacía nada de gracia. Así que anduve un rato por allí, limpiándome los zapatos y decidí ir a un pueblecito cercano, que asomaba en la lejanía. Creí que había llegado, pero no, era la presa del embalse que se cruzó en mi camino. Como ya era de noche, no pude hacer fotos, por lo que seguí adelante. Un par de coches se cruzaron en la carretera, y eso que me dí cuenta de que las luces no alumbraban bien. Llegué al pueblo, donde sus casitas escalaban la montaña. No había nadie en las calles, y en eso que ví a un señor que se acercaba por el camino. Le pregunté si había un parking o algo parecido para aparcar la furgo, y me dijo que no. Que el pueblo era muy pequeño y que de parking na de na. Me recomendó que me acercara al bar y preguntara allí. Nos depedimos y yo seguí con la furgo hacia el interior del pueblo. Pero antes de llegar al bar, y entre tanta cuesta por delante, decidí darme la vuelta. Iba de camino de vuelta cuando a la salida del pueblo vi un jardín con mesas para comer y no lo dudé un momento. Allá que aparqué. Al cabo de un roto, volvió a aparecer el mismo señor de antes, y me comentó que a veces había visto alguna furgo aparcada allí, que él suponía que no me dirían nada. Entonces me comentó que una de las luces de atrás no iba. Vaya, parece ser que se ha averiado todo el lado izquierdo de las luces de la furgo. Hablamos de un taller donde pudiera llevarlo al día siguiente, pero me dijo que por aquí era difícil, si que encontraría algún que otro mecánico, pero no estaba seguro si entendían de electricidad. Hablamos un poco mas y se despidió. Yo cogí una coca-cola de la nevera, y salí al banco a tomarla tranquilamente. La noche era estupenda. Aunque me abrigué, no hacía nada de frio. Pronto di cuenta de la bebida y como me encontraba cansado, me fui a acostar. Mañana será otro día.


IMG_1590IMG_1591IMG_1592IMG_1593IMG_1595IMG_1596
IMG_1597IMG_1598IMG_1599IMG_1600IMG_1601IMG_1602
IMG_1603IMG_1604IMG_1605IMG_1606IMG_1608IMG_1609
IMG_1610IMG_1611IMG_1612IMG_1613IMG_1614IMG_1615




SIGO EL VIAJE:
Esta mañana quería levantarme temprano para arreglar el problema de las luces, pero después de haber dado vueltas y vueltas en la cama, a las 9,30 h he abierto los ojos. Cuando he visto la hora he saltado de la cama y he salido disparado en busca del algún mecánico que pudiera arreglarme las luces. Hace un día estupendo y la noche ha sido caluroso, claro que tenía la calefacción conectada a un cuarto de su potencia. Salía del pueblo a toda prisa, sin ni siquiera haberle tomado una foto, pero otra vez será. Iba subiendo el camino de vuelta, cuando paré un momento a soltar unas gotas de orina detrás de un árbol. Cuando miré a mi alrededor y pensando que estaba en plena naturaleza, me llamó la atención que había varias latas esturreadas a mi alrededor. Que mierda, yo meando y las latas pastando.
Cogí enfadado la furgo y me fui en busca de algún mecánico fabuloso, que supiera y quisiera arreglarme la furgo. Al primero que encontré, me pareció que tenía el taller cerrado, pero un señor me dijo que fuera por la puerta de atrás. Fui hasta la entrada y saludé. Un señor apareció al fondo del taller y le expliqué mi problema. Mala suerte, resulta que solo es mecánico de coches. Me indica que tengo que ir a Calatayud si quiero que me lo arreglen hoy. Me despido y en una gasolinera pregunto si conocen algún electricista. Me dicen que si y me indican mas o menos el camino. Sigo las instrucciones, pero siguiendo mi costumbre me pierdo. Total, que tengo que parar a volver a preguntar. Al final encuentro el taller pero al explicarle el problema me dice que al menos hasta la tarde no puedo atenderme, aunque si quiero ir a otro taller, el puede darme otra dirección. Le digo que si, que prefiero intentarlo y no perder todo el día. Me da la dirección y salgo hacia Calatayud en busca del siguiente mecánico. Para variar me paso Calatayud y tengo que volver marcha atrás. El taller no es difícil de encontrar, y tras un par de vueltas consigo aparcar en una plazoleta donde no se puede aparcar. Andando me acerco hasta el taller. Saludo educadamente y un señor muy mayor me dice que espere al otro mecánico, que tengo que hablar con él. Al final baja el señor desde el piso de arriba, por unas empinadas escaleras de maderas y desde el fondo de ese taller fantasmal, pues hasta las puertas las tenía cerrada, me pregunta ¿Qué es lo que le pasa? Le explico el problema con las luces y me dice que traiga la furgo hasta la puerta del taller. El portón como os he dicho estaba cerrado y una pequeña puerta metálica permitía la entrada al taller. Una vez hube cogido la furgo, di un par de vueltas para aparcarla delante del portón, y la verdad es que me costó un poco. En cuanto llegué, salió el mecánico y rápidamente se puso a arreglar la avería. Yo estaba tan nervioso que aún no me había inyectado la insulina, así que le dije que me iba a poner una inyección y a desayunar alguna cosa. Justo enfrente del taller había un bar que tenía buena pinta, así que para allá dirigí mis pasos. Pedí un café con leche, de máquina, descafeinado, con sacarina y sin taza ni vaso. Le pedí a la camarera si tenían bocadillos de tortilla a la francesa, pero me dijo que no, que solo había de jamón y de gambas. Luego se lo pensó un poco y me dijo que si quería, podía hacerme una tortilla a la francesa de un huevo. Estupendo, le contesté, me siento en aquella mesa y ya me la traerá. Desayuno con vistas a la furgo y a la hora de pagar solo me cobraron 2,20 €. Cuando salí del bar, el mecánico me dijo que ya estaba todo arreglado. La luz principal se había fundido, y en la parte de atrás uno de los enganches que sujetan las luces se había quemado. Me explicó que había hecho un enlace por encima del circuito ya que así me saldría mas barato. Le pregunté cuanto era, y solo me llevó 26 €.
Los pies me dolían, así que pregunté a un cartero donde podía encontrar una zapatería. Me indicó mas o menos que por el centro y para que me fui. Estaba en la zapateria comprando unas zapatillas acolchadas, pero no quedaban de mi número. Fui a la siguiente zapatería y cuando probando unas muy chulas, oigo el móvil, y es Dezano, que me pregunta donde estoy. Le digo que en Calatayud, y él me dice que está aparcando detrás de mi furgo. Dejo los zapatos y le digo que me espere, que ahora mismo vengo. Solo tenía que cruzar la calle, cuando veo a Dezano aparcando una Mercedes Benz. Menudo son los hippies cuando se trata de furgos. Cuando aparcó y bajó de la furgo, nos saludamos y abrazamos, y estuvimos hablando un rato. Me dio muchos saludos para los Loretos, diciéndome que tenía ganas de verles, pero que en principio no tenía kdd’s previstas. Despues de explicarnos algunas anécdotas, de enseñarme donde estaba el parking de A/C, nos despedimos, y puede que mañana nos volvamos a ver.
He salido de Calatayud corriendo, pero he de volver otro dia mas tranquilamente.
De nuevo en la Autovía. Km por delante y hoy con rumbo fijo, esta noche tengo que estar en un pueblo cerca de Madrid, con un tipo que no conozco, y que no acepta billetes de 100€ porque no los ha visto nunca. No sé que decir. Mejor no pienso y me voy a comer. He decidido salir de la autovía para ver si los menús son mas baratos, y en un pueblo de cuyo nombre no me acuerdo, he parado. He tenido que pasar 5 puertas al menos hasta llegar al comedor. Una camarera muy simpática me ha traido la carta y entre los dos hemos elegido que comer. De primero he tomado un caldo, y de segundo un plato que tampoco recuerdo como se llama, pero que venía a ser un estofado de ternera. Al principio entraba sin sabor alguno destacable, pero luego me ha gustado mucho. Para postre he pedido una cuajada, y la camarera no podía creer que no la hubiera probado nunca. Solo he dejado la miel aparte, pero es que el azúcar manda. He comido bien y barato. Le he pedido una tarjeta y ya os diré donde es, porque ha valido la pena hacer unos cuantos km mas.
De vuelta en la carretera. El GPS listo, marcando el rumbo, y ahora me encuentro cenando de nuevo, para variar. Estoy a 40 km de Madrid, en un pueblo con dos nombres.
Luego mas….
Cogí enfadado la furgo y me fui en busca de algún mecánico fabuloso, que supiera y quisiera arreglarme la furgo. Al primero que encontré, me pareció que tenía el taller cerrado, pero un señor me dijo que fuera por la puerta de atrás. Fui hasta la entrada y saludé. Un señor apareció al fondo del taller y le expliqué mi problema. Mala suerte, resulta que solo es mecánico de coches. Me indica que tengo que ir a Calatayud si quiero que me lo arreglen hoy. Me despido y en una gasolinera pregunto si conocen algún electricista. Me dicen que si y me indican mas o menos el camino. Sigo las instrucciones, pero siguiendo mi costumbre me pierdo. Total, que tengo que parar a volver a preguntar. Al final encuentro el taller pero al explicarle el problema me dice que al menos hasta la tarde no puedo atenderme, aunque si quiero ir a otro taller, el puede darme otra dirección. Le digo que si, que prefiero intentarlo y no perder todo el día. Me da la dirección y salgo hacia Calatayud en busca del siguiente mecánico. Para variar me paso Calatayud y tengo que volver marcha atrás. El taller no es difícil de encontrar, y tras un par de vueltas consigo aparcar en una plazoleta donde no se puede aparcar. Andando me acerco hasta el taller. Saludo educadamente y un señor muy mayor me dice que espere al otro mecánico, que tengo que hablar con él. Al final baja el señor desde el piso de arriba, por unas empinadas escaleras de maderas y desde el fondo de ese taller fantasmal, pues hasta las puertas las tenía cerrada, me pregunta ¿Qué es lo que le pasa? Le explico el problema con las luces y me dice que traiga la furgo hasta la puerta del taller. El portón como os he dicho estaba cerrado y una pequeña puerta metálica permitía la entrada al taller. Una vez hube cogido la furgo, di un par de vueltas para aparcarla delante del portón, y la verdad es que me costó un poco. En cuanto llegué, salió el mecánico y rápidamente se puso a arreglar la avería. Yo estaba tan nervioso que aún no me había inyectado la insulina, así que le dije que me iba a poner una inyección y a desayunar alguna cosa. Justo enfrente del taller había un bar que tenía buena pinta, así que para allá dirigí mis pasos. Pedí un café con leche, de máquina, descafeinado, con sacarina y sin taza ni vaso. Le pedí a la camarera si tenían bocadillos de tortilla a la francesa, pero me dijo que no, que solo había de jamón y de gambas. Luego se lo pensó un poco y me dijo que si quería, podía hacerme una tortilla a la francesa de un huevo. Estupendo, le contesté, me siento en aquella mesa y ya me la traerá. Desayuno con vistas a la furgo y a la hora de pagar solo me cobraron 2,20 €. Cuando salí del bar, el mecánico me dijo que ya estaba todo arreglado. La luz principal se había fundido, y en la parte de atrás uno de los enganches que sujetan las luces se había quemado. Me explicó que había hecho un enlace por encima del circuito ya que así me saldría mas barato. Le pregunté cuanto era, y solo me llevó 26 €. Los pies me dolían, así que pregunté a un cartero donde podía encontrar una zapatería. Me indicó mas o menos que por el centro y para que me fui. Estaba en la zapateria comprando unas zapatillas acolchadas, pero no quedaban de mi número. Fui a la siguiente zapatería y cuando probando unas muy chulas, oigo el móvil, y es Dezano, que me pregunta donde estoy. Le digo que en Calatayud, y él me dice que está aparcando detrás de mi furgo. Dejo los zapatos y le digo que me espere, que ahora mismo vengo. Solo tenía que cruzar la calle, cuando veo a Dezano aparcando una Mercedes Benz. Menudo son los hippies cuando se trata de furgos. Cuando aparcó y bajó de la furgo, nos saludamos y abrazamos, y estuvimos hablando un rato. Me dio muchos saludos para los Loretos, diciéndome que tenía ganas de verles, pero que en principio no tenía kdd’s previstas. Despues de explicarnos algunas anécdotas, de enseñarme donde estaba el parking de A/C, nos despedimos, y puede que mañana nos volvamos a ver.He salido de Calatayud corriendo, pero he de volver otro dia mas tranquilamente. De nuevo en la Autovía. Km por delante y hoy con rumbo fijo, esta noche tengo que estar en un pueblo cerca de Madrid, con un tipo que no conozco, y que no acepta billetes de 100€ porque no los ha visto nunca. No sé que decir. Mejor no pienso y me voy a comer. He decidido salir de la autovía para ver si los menús son mas baratos, y en un pueblo de cuyo nombre no me acuerdo, he parado. He tenido que pasar 5 puertas al menos hasta llegar al comedor. Una camarera muy simpática me ha traido la carta y entre los dos hemos elegido que comer. De primero he tomado un caldo, y de segundo un plato que tampoco recuerdo como se llama, pero que venía a ser un estofado de ternera. Al principio entraba sin sabor alguno destacable, pero luego me ha gustado mucho. Para postre he pedido una cuajada, y la camarera no podía creer que no la hubiera probado nunca. Solo he dejado la miel aparte, pero es que el azúcar manda. He comido bien y barato. Le he pedido una tarjeta y ya os diré donde es, porque ha valido la pena hacer unos cuantos km mas.De vuelta en la carretera. El GPS listo, marcando el rumbo, y ahora me encuentro cenando de nuevo, para variar. Estoy a 40 km de Madrid, en un pueblo con dos nombres.Luego mas….

Ya se ha gastado la memoria del móvil, y no puedo enviar nada al blog. Vaya porqueria, conectar el móvil al portátil. Ha sido mposible hoy, así que desde el restaurante el Junco me he podido conectar y enviaros la crónica.